viernes, 23 de mayo de 2014

Adiós a otro registro humano de nuestra Historia, Ahmed Uld Barical-la: “Yo y mis hijos moriremos peleando por nuestra tierra”


*Por Bahia Mahmud Awah
Hace cuatro años en compañía de los profesores Juan Carlos Gimeno y Juan Ignacio Robles en el marco del trabajo de investigación que realizamos sobre el proceso socio político cultural e histórico, “El Sahara Occidental 1884 – 1976 Memorias coloniales, Miradas postcoloniales”, proyecto de investigación que nos llevó a Ahmed Uld Barikala en nuestra búsqueda a referentes notables saharauis que nos pudieran situar en diferentes periodos de este marco  histórico del Sahara Occidental. Fue en noviembre de 2010 cuando Ahmed nos recibió en su jaima en la daira de Agüeinit, wilaya de Auserd, en los campamentos de refugiados saharauis.
Campechano, espontáneo y divertido, de especial elegancia, nos dio la bienvenida en una modesta sala donde hacía sus charlas y recibía a sus más allegados y amigos al son del té saharaui. Vestía, recuerdo, una darra azul y colgaba sobre su cuello un estrenado turbante nila de color oscuro. Iban con nosotros dos estudiantes de la Universidad Autónoma de Madrid, que asesorábamos como tutores en su trabajo de fin de carrera en antropología, Belen y Elena. «Y vosotras de qué parte de España sois», Ahmed, risueño, preguntó a las dos chicas que nos acompañaban, y éstas le respondieron con amabilidad, «somos de Galicia y de Madrid». Ahmed de nuevo preguntó, dirigiéndose a nosotros, «¿y no hay nadie de Extremadura?». «No, todos somos de Madrid», fue la respuesta que le dirigió Juan Ignacio. Y Ahmed nos comentó, «estuve viviendo en Extremadura, en Badajoz».
Durante un dilatado té mantuvimos una extendida charla sobre su vida y los momentos de la Historia saharaui que se cruzaron en la trayectoria de un hombre que se formó en la metrópoli como militar e intérprete. Ahmed prestó su servicio en la administración del Gobierno General del Sahara desde muy joven como intérprete de la Yemaa, que representaba el territorio en las Cortes españolas de entonces hasta el precipitado abandono español y la repentina ocupación marroquí mauritana al territorio, momentos que recordaba con indignación. Las dos horas que estuvimos con él fluyeron muchas historias con detallados y pormenorizados acontecimientos que solo sabía Ahmed exponer con su castizo español, desde la Guerra Civil española en los años treinta, el proceso de descolonización en el territorio saharaui, los entresijos de las maniobras franco españolas de entregar el territorio a Marruecos y Mauritania, hasta los muy relevantes momentos de compromiso que adquirió con la causa nacional saharaui en los años setenta.
En mis investigaciones sobre partes del proceso político colonial que se dio en el Sahara, Ahmed formó parte de una historia saharaui, tal vez desconocida por muchos y que he podido oír y recabar personalmente de uno de los militantes de la Organización Liberación Sahara, que vivió de cerca la sublevación de Zemla y conoció las circunstancias de la desaparición de Basiri. Me confesó que Sidi Brahim Basiri conoció a Ahmed Uld Barikala y le afilió en la organización OLS, y que hubo un momento, cuando la metrópoli estaba buscando a Basiri para detenerlo, en que Ahmed supo de la situación y se acercó de forma discreta a la casa donde se encontraba el líder del nacionalismo saharaui y le dijo, «Por si me necesitas ya sabes dónde estoy, Basiri, no dudes en buscarme». Más detalles sobre este tema aparecerán próximamente en mi libro “Tiris, rutas literarias”.
«¿Qué esperanzas tiene usted en que se soluciona la ocupación?», fue la pregunta que le hice a Ahmed ya en la parte final de nuestra extensa charla, aquel invierno de 2010. «Hombre, esto está en poder de Dios, nosotros desde luego no queremos morir aquí, queremos morir en nuestra tierra donde están enterrados nuestros antepasados». Y más adelante matizaba con franqueza que «si los marroquíes salieran fuera de nuestro territorio, estaremos en buenas, y pacíficas relaciones comerciales y así evitar la guerra. Naciones Unidas debe acabar con el cuento de Marruecos y los intereses de Francia en ese lugar. Aquí no hacemos nada en un territorio que no es nuestro, es de Argelia, y si habrá guerra yo y mis hijos moriremos peleando por nuestra tierra»
Como escritor y traductor, quiero recordar que Ahmed fue uno de los primeros intérpretes y traductores que se formó en la metrópoli en aquellos años treinta, otra faceta que pocos conocían de este gran personaje que desgraciadamente  ha perdido nuestro registro histórico humano. Muy cerca de las costas de La Guera, su alma en paz descansa y sus sueños de libertad, se reencarnan en sus hijos y compatriotas y se hacen más rotundos en la consecución de la libertad por la que Ahmed resistió hasta que el cuerpo y los años lo vencieron.

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