La ONU decidió este martes mantener sin cambios durante un año más su misión en el Sáhara Occidental, al tiempo que urgió a Marruecos y al Frente Polisario a retomar las negociaciones para resolver el conflicto. El mandato de la Misión para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) se amplía de nuevo sin la capacidad de las Naciones Unidas de supervisar el respeto a los derechos humanos en los territorios ocupados por Marruecos.
El Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad una resolución propuesta por Estados Unidos que prorroga hasta el 30 de abril de 2016 el mandato de la operación de las Naciones Unidas en la zona (Minurso).
Creada en 1991, la operación tenía como objetivo último facilitar un referéndum para definir el estatus de la excolonia española, consulta que más de dos décadas después siguen sin haberse celebrado.
Con la decisión adoptada hoy por el Consejo, del que España es miembro no permanente, la Minurso continuará sin modificaciones y, por tanto, seguirá sin tener entre sus tareas la supervisión de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, una rareza dentro de las misiones de la ONU.
En los últimos años, numerosas organizaciones internacionales y un buen número de países han defendido la necesidad de confiar esa tarea a los "cascos azules", pero la iniciativa nunca ha prosperado ante la negativa de Marruecos.
Este año, la Unión Africana (UA) volvió a solicitarlo y hoy Venezuela, pese a apoyar la resolución, criticó que el llamado Grupo de Amigos del Sahara Occidental –formado por Francia, España, Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido– no escuchase esos llamamientos.
Tras la votación, el embajador marroquí, Omar Hilale, opinó que la UA no puede ser "juez y parte", pues según Rabat se ha inclinado del lado del Frente Polisario, y puso en duda la "legitimidad" de Venezuela para abordar la cuestión de los derechos humanos. "¿Es Venezuela el mejor ejemplo para hablar sobre derechos humanos?", respondió Hilale a preguntas de los periodistas.
En su resolución, el Consejo se limita a señalar la importancia de mejorar la situación de los derechos humanos en la zona y en los campamentos de Tinduf y pide a las partes colaborar con la comunidad internacional para ello.
En el plano político, el máximo órgano de decisión de la ONU urgió a Marruecos y a los saharauis a retomar las negociaciones "sin condiciones previas y de buena fe" con el fin de lograr una "solución política justa, duradera y mutuamente aceptable, que prevea la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental".
Según el Consejo de Seguridad, "la consolidación del statu quo no es aceptable", por lo que llama a "poner fin a la actual situación de estancamiento".
Tensa relación entre la ONU y Marruecos
En ese sentido, el Consejo reiteró su apoyo a las gestiones del enviado especial de la ONU, Christopher Ross, que este año ha efectuado dos visitas a Marruecos tras casi un año sin viajar a la zona, vetado por las autoridades del país.
Ross solo regresó después de una entrevista mantenida en enero por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el rey Mohamed VI, tras la que también se desbloqueó el despliegue de la nueva jefa de la Minurso, Kim Bolduc, a quien Rabat no había permitido incorporarse a su puesto.
Marruecos se quejaba de que no había sido consultado por las Naciones Unidas sobre el nombramiento y reclamó aclaraciones sobre el papel de la organización, con quien ha mantenido unas tensas relaciones sobre el Sahara, sobre todo después de que Ban propusiese el año pasado un sistema independiente para supervisar los derechos humanos.
El embajador español, Román Oyarzun, defendió en su intervención ante el Consejo la necesidad de que la ONU mantenga un "papel central" y abogó por un "esfuerzo renovado" para resolver el conflicto.
Tras la aprobación de la resolución, el representante del Frente Polisario en la ONU, Ahmed Bujari, avisó de que "mantener el actual statu quo puede llevar al colapso de los esfuerzos de las Naciones Unidas", por lo que urgió al Consejo a "asumir sus responsabilidades" y a asegurar que el pueblo saharaui pueda decidir su futuro.
Desde 2007 y bajo los auspicios de Naciones Unidas, el Frente Polisario y Marruecos han mantenido varias reuniones para intentar encontrar una salida al conflicto que se remonta a 1975, tras la descolonización española del Sahara Occidental.
Rabat propone una autonomía para este territorio, a cambio de que se mantenga bajo el paraguas del Estado marroquí, mientras que el Frente Polisario exige la celebración de un referéndum de autodeterminación en el que se pueda elegir libremente la opción de la independencia del pueblo saharaui.
Fuente; http://www.eldiario.es/