miércoles, 8 de agosto de 2012

Hach se reincorpora al Ministerio de Cooperación

 por Haddamin Moulud Said.
La reincorporación de los cooperantes españoles a sus puestos, en los CC.RR, vendrá acompañada, según apuntan todos los pronósticos, con la reincorporación de Hach Ahmed al Ministerio de Cooperación, de donde había dimitido hace más de un mes.
Si durante una semana se ha mantenido una dura batalla con el Ejecutivo español para el regreso de los cooperantes, necesariamente, tenía que resolverse el asunto de la dimisión puesto que, en buena medida, la agenda y trabajo de esos cooperantes está muy vinculado a dicho ministerio. Y estando en juego la seguridad de los mismos, el asunto de la dimisión o no dimisión entraba en otra dimensión. Marruecos, aparte de mantener a 140 mil soldados en los muros construidos ilegalmente en el Sahara Occidental, ha conseguido lanzar una avanzadilla de sus tropas en el inestable norte de Malí. Y, desde ahí, pretende atosigar a los CC.RR y poner en jaque a toda la cooperación internacional, que opera en los mismos, con tal de cerrar el grifo de las ayudas humanitarias.
Y no sólo eso, todo apunta a que, también, ha conseguido infiltrar algunos de sus elementos en los CC.RR.
Así las cosas, más allá de la legitimidad de las razones que pudiere haber alegado Hach, para sostener su dimisión, resulta evidente que estamos ante una nueva dinámica que exige un enfoque novedoso en el tratamiento a los extranjeros que hospedamos en nuestros Campamentos.
Así pues, un día antes del anuncio, desde Madrid, del regreso de los cooperantes, en Rabuni, había tenido lugar una tensa reunión, de más de una hora de duración, entre Abdelaziz y Hach Ahmed.
Según las escasas fuentes disponibles, el nuevo panorama de la seguridad de los cooperantes en los CC.RR ha sido el eje central de dicha reunión, lo que deja, en muy segundo plano, las razones que, en su día, habría alegado Hach para sostener su dimisión.
Aún así, Abdelaziz, ha comprendido que, nuevamente, ha tenido que ser un factor externo (un secuestro y una retirada de cooperantes) lo que le ha salvado en su tarea de taponar el boquete abierto en su, recientemente, estrenado Gobierno.
Será, entonces, la gestión de ese ministerio, durante las próximas semanas y meses, la que nos dé alguna pista sobre el grado de satisfacción de las exigencias que, presumiblemente, Hach Ahmed, habría puesto sobre la mesa para aceptar su reincorporación al Ministerio de Cooperación. Y aquí es donde Hach se la juega. Es decir, las opiniones unánimes que han salido en su ayuda, cuando presentó su dimisión, no tendrían mayores objeciones para comprender que la gravedad de la situación securitaria de los cooperantes es una razón lo suficientemente seria como para justificar su regreso al Ministerio.
Pero una cosa, es salir para poner el hombro y ayudar en una situación de extrema gravedad, y otra muy distinta, tolerar unas prácticas ya indigeribles.
Es decir, esas mismas opiniones seguirán exigiendo a Hach que intente adecuar las prácticas, usos y hábitos de su ministerio a los Principios que rigen la Ayuda Humanitaria. Es decir, las caravanas de ayuda humanitaria no están pensadas para premiar/acallar a un notable determinado o un alto funcionario que se siente agraviado.
Cuando en el pasado XIII Congreso, comprobamos que Jadiya Hamdi, había conseguido más votos que las figuras históricas que simbolizan al POLISARIO no podíamos dejar de sospechar que el mercado de voluntades estaba bien surtido. Es decir, Brahim Ghali, Mohamed Lamin Ahmed, Bahcir Mustafa, Mohamed Lamin Buhali, que se les supone una cierta simbología del POLISARIO, habían sacado menos votos que Jadiya Hamdi. Cuando, en un Movimiento de Liberación Nacional que carece de recursos propios, sucede algo así, inevitablemente, algo extraño ocurre. Se diga lo que se diga, cuando una señora que no dispone de más bagaje que su maridaje con el Presidente, supera, en número de votos, a las figuras históricas que simbolizan al POLISARIO, algo raro ocurre. Ese algo extraño no es más que el uso indebido de las ayudas humanitarias. El uso indebido y la utilización de recursos públicos para fines privados ha sido una práctica más o menos tolerada hasta hoy día. Incluso se sabe que algunos responsables disponen de carta blanca para repartir, a su antojo, todos los recursos (ayuda humanitaria) de que dispone el POLISARIO. Y es, ahí, donde se espera que Hach Ahmed haga adecuar los usos y prácticas de su ministerio a los Principios Universales que rigen la Ayuda Humanitaria.
Haddamin Moulud Said.
ibnuabirabiaa[at]yahoo.es
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