viernes, 31 de agosto de 2012

El Aaiún: Kerry si, Ross no

“Éxito rotundo de Minetu Ali Haidar”
Está comúnmente admitido que el motivo principal por el que Marruecos ha vetado al Enviado Personal, Chritopher Ross, es el intento de éste por visitar el territorio del Sahara Occidental.
Lógico. Marruecos se niega a que la MINURSO pueda asumir las funciones de supervisión de los DD.HH en el Sahara Occidental. Y, con acierto, piensa que esa querencia de Ross, por visitar el Sahara Occidental, no es más que un intento por esquivar el veto marroquí a que la MINURSO supervise los DD.HH. Es decir, Ross, tenía la intención de hacer un atajo para así, llevar a cabo lo que Marruecos impide a la MINURSO realizar. Pero Marruecos se ha dado cuenta de ello y ha decidido la mayor: vetar al mediador.
Pero hete aquí que, al poco tiempo, Marruecos, acepta la visita, al Sahara Occidental, de una ONG dedicada al escrutinio de los DD.HH y que en el pasado, y bien que le consta a Marruecos, había premiado a la activista saharaui Minetu Ali Haidar.
Es decir, a priori, a Marruecos, le consta que el informe de dicha visita no sólo va a ser demoledor sino, y esto es lo más importante, que va a dejar visto para sentencia la necesidad de que la MINURSO incluya, dentro de sus competencia, la supervisión de los DD.HH en el Sahara Occidental. A pesar de todo esto, Marruecos, ha aceptado la visita de esa ONG, al territorio del Sahara Occidental ¿Porqué?
El síntoma del malestar marroquí por esta visita es evidente. No existe ni un solo medio de comunicación público o privado ni un solo partido político que no haya acusado a la ONG de ser parcial y de posicionarse del lado de los saharauis. La Agencia oficial de noticias de Marruecos, la map.ma (cuyo Director es asignado a dedo, directamente, por Mohamed VI), no ha ahorrado esfuerzos por desacreditar el trabajo de dicha visita.
Ese malestar ya bastante visible en las declaraciones de los responsables gubernamentales marroquíes, desde el Ministro de Exteriores, el Sr. Al Othmane hasta el Ministro Portavoz, el Sr. Jalfi, indica, dicho malestar, que la aceptación de esa visita, por parte de Marruecos, obedece a razones de fuerza mayor. Es decir, alguna amenaza gruesa pende sobre la cabeza de Marruecos si impide el acceso a esa visita.
Sucede que en diciembre de 2011, el Congreso de EE.UU había aprobado una Ley que supedita la ayuda militar estadounidense, a Marruecos, a que éste país permita el acceso, de las ONGs que tratan sobre los DD.HH, al territorio del Sahara Occidental. Dicha Ley afectaba a la partida presupuestaria del año en curso, es decir, del año 2012. Para decirlo más claro. Si Marruecos le niega el acceso a una ONG verá suspendida la ayuda militar en este mismo año 2012. La amenaza es, pues, sería, inminente y bien fundada, que diría Margallo.
El rostro más visible de la visita es el de la Sra. Kerry Kenedy, perteneciente al Centro RFK. Pero hay más personas de otras ONGs. Esta visita está compuesta por 5 personas del Centro RFK; un ex presidente de la Organización Internacional Contra la Tortura; un representante de la Fundación José Saramago; una juez de la Corte Interamericana de DD.HH; y la Directora de Front Line Defenders. Es decir, cinco entidades distintas, colocándose al rebufo de una Ley estadounidense, han aunado sus esfuerzos para llevar a cabo esta visita.
La composición de los miembros de esta visita remite, indefectiblemente, a aquella ceremonia de noviembre de 2008, celebrada, nada más y nada menos que, en el Senado de EE.UU, en la que el Centro RFK premiaba a Minetu Ali Haidar. Y remite, también, a aquella imagen en la que un ya anciano José Saramago estrecha las manos de una débil y envuelta en mantas Minetu Ali Haidar. Y, también, recuerda a la nominación de Minetu Ali Haidar para el premio de Front Line 2010.
El hecho de que la visita se haya limitado a El Aaiún, dejando las otras ciudades, unido al recibimiento inicial en la casa de la propia Minetu Ali Haidar, unido todo ello a los vínculos que mantiene la activista con varias ONGs revelan un trabajo intenso, llevado con absoluta discreción, cuyo final permite a los dinosaurios de Rabuni saborear los éxitos conseguidos por otros.
Haddamin Moulud Said. (ibnuabirabiaa@yahoo.es)

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