Aun con la resaca del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la mujer saharaui representada por Aminetu Haidar, como defensora de los derechos humanos, estará en la Comisión de Exteriores del Congreso americano el 24 de marzo para hacer un alegato en favor de la vigilancia de los DDHH en el Sahara por parte de la MINURSO, también para que cese el expolio de los recursos naturales y, que se derribe el muro de la vergüenza , el más largo del mundo,2740 kms, minados y controlados por un contingente militar marroquí equipado con todo tipo de armamento moderno, divide y separa al pueblo saharaui. La presencia de una mujer saharaui en el Capitolio americano es un reconocimiento a su lucha pacífica por la justicia, la igualdad y el respeto de sus derechos políticos y sociales, pero especialmente su participación política, caballo de batalla del feminismo.
Cuando una misión de la ONU visitó el Sáhara Occidental en Mayo de 1975 una de sus delegadas, Marta Jiménez, declaró: Me impresionó que la mayoría de los manifestantes fueran mujeres. Las mujeres saharauis ya formaron parte de las primeras demostraciones nacionalistas en 1930. Pero es en 1973 cuando su lucha es más destacada al difundir las ideas del movimiento de liberación, convencen a familiares para unirse a la lucha, proporcionan alojamiento a sus miembros y a sus actividades clandestinas, confeccionando uniformes y financiando el combate (Sofie Caratini, antropóloga).
Las saharauis “siempre han sido libres”, además de respetadas y valoradas no sólo por sus labores dirigiendo el hogar sino también por sus funciones públicas en la organización de los friq (Dolores Juliano, antropóloga). Muchos se dirán que los movimientos de liberación utilizan el concepto “ participación” de la mujer. Les ofrecen oportunidades para su redefinición y crecimiento, pero por otro se les asigna la responsabilidad de representar y transmitir a las nuevas generaciones los valores más tradicionales de su cultura, lo cual no es óbice ante su progreso social. Otros van más allá y alegan que la experiencia de sus vecinas argelinas será la misma suerte que correrán las mujeres saharauis.
Precisamente esto es lo que ha alertado a las saharauis para que sus logros y ambiciones no dejen de ser prioridad para el conjunto de la sociedad. Por ello sus políticas se han ido transformando para responder a las necesidades específicas en cada momento y contexto. El alto el fuego de 1991 marcó grandes cambios en los que se diseñaron prioridades: Creación de escuelas de educación especial en los campamentos, programas para invidentes, personas mayores y de servicios de atención sanitaria.
A petición de la UNMS en 2003, se creó el ministerio de Asuntos Sociales y de Promoción de la Mujer, permitiendo a la organización de féminas centrar su trabajo en estrategias del futuro de las mujeres a través de una serie de enfoques que abarcan la investigación, educación, liderazgo y administración, además de definir la ley y código de familia a partir de las normas y costumbres existentes y muy avanzadas en igualdad entre hombres y mujeres. Fomentar la participación de mujeres en plataformas internacionales feministas y tomar parte en la lucha global del movimiento, considerando que es un movimiento heterogéneo de ideologías encaminadas a empoderar a la mujer.
A pesar de que la Secretaria General de la UNMS es miembro del Secretariado Nacional del Polisario, esto no es óbice para que la organización goce de autonomía e independencia política y, eso le otorga el liderazgo que desempeñan muchas mujeres tanto en los campamentos como en los territorios ocupados por Marruecos. Su participación y visibilidad a partir de 1975 es motivo para pensar que las relaciones de género en la sociedad saharaui como modelo social sobre el que se ha construido el Estado ya no tiene vuelta atrás.
Hoy son el 30%19 las mujeres que constituyen el Parlamento Saharaui, 75% del profesorado en los campamentos, cubren el 85% de sus puestos administrativos y el 90% de puestos en la sanidad. Se ha logrado sentar las bases para la emancipación de la mujer y aunque son conscientes de que queda un largo camino por recorrer, están dispuestas a continuar su lucha.
El tesón de las mujeres saharauis y su lucha por imponer sus derechos, ha hecho que estas se movilicen para crear coaliciones y alianzas en sus campañas internacionales para identificar los intereses comunes que les une al movimiento feminista global. Su labor goza de reconocimiento por parte de organizaciones internacionales destacadas: la Marcha Mundial de Mujeres Federación Democrática Internacional de Mujeres, Movimiento Democrático de Mujeres, Comisión de Derechos de la Mujer del PE y Redes de Mujeres, además de periodistas e intelectuales. Su contribución multiforme se enmarca en todos los ámbitos de la política, la organización, la educación, la salud, los medios de información, la diplomacia y la perennidad de la identidad saharaui.
El reconocimiento saluda en particular, la resistencia pacífica de las mujeres saharauis en los territorios ocupados del Sahara Occidental, pese a la bárbara represión practicada por la administración marroquí ocupante. Un modelo de lucha pacífica por imponer el respeto de los derechos humanos como nueva forma de resistencia.
El activismo pacífico de las mujeres saharauis hace que se siga recordando a España su responsabilidad histórica en la génesis del conflicto con Marruecos, y exige al gobierno español que se ponga claramente del lado de la Comunidad Internacional en el Consejo de Seguridad de la ONU y que el PE se comprometa a enviar una Comisión Ad Hoc en abril a los TTOO para informar sobre las violaciones de los DDHH.Uno de los apoyos que ha hecho más visible la lucha pacífica de la mujer saharaui son La Organización Panafricana de Mujeres, La Asociación de Mujeres de Medios de Comunicación en Estados Unidos y especialmente la Fundación Robert F. Kennedy por la Justicia y la Libertad
Hace unas semanas la Secretaria de Estado estadounidense dijo en su informe mundial sobre derechos humanos, que el mayor problema en el campo de los derechos humanos en el Sahara Occidental es el acoso del gobierno marroquí contra defensores saharauis de derechos políticos y libertades civiles. La situación es un grave problema de violencia física y otras prácticas represivas encaminadas a abortar las reclamaciones de autodeterminación. Durante su reunión con el rey de Marruecos en noviembre pasado, el Presidente de Estados Unidos se refirió en particular a la cuestión de la violación de los derechos del pueblo saharaui por Marruecos. Llamó tanto al Congreso como a las organizaciones no gubernamentales internacionales y a los medios de prensa para tener como prioridad la defensa de los DDHH.
En esta perspectiva, el presidente Obama pidió al rey marroquí promover el respeto de los derechos del pueblo saharaui y este ha diseñado unos mecanismos maquillados para salir al paso. Las doce páginas de este informe global, afirman que la misión de las Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) todavía carece de un mecanismo de supervisión de derechos humanos.
Sin duda la lucha de las mujeres y sus manifestaciones pacíficas han hecho un favor a la imagen de la mujer árabe y musulmana rompiendo todos los estereotipos que hasta ahora se tenían de ella. Pero también ha tejido una red de relaciones que le hace un elemento activo en la lucha feminista. La mujer saharaui con su participación política deja claro que la lucha de las mujeres es necesaria para imponer cambios y redefinir los conceptos marcados en las instancias internacionales. Con su lucha y resistencia la mujer saharaui ha contribuido a que el feminismo avance en valores y principios basados en la igualdad, la justicia y la libertad.
*Jadiyetu El Mohtar. Representante de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis en la Delegación Saharaui en España .