La tortura y los malos tratos son "una realidad en la práctica" en las comisarías y centros de detención de Marruecos y en el Sáhara Occidental y por lo general quedan impunes, afirmó Amnistía Internacional en el informe mundial sobre la tortura.
La tortura es practicada en toda clase de centros de detención policial (y no tanto en las cárceles), principalmente para arrancar confesiones que luego son utilizadas como prueba judicial, y las denuncias casi nunca tienen seguimiento judicial, lo que crea "condiciones propicias" para que la tortura siga existiendo, señala el texto.
Entre las modalidades de tortura más utilizadas se citan los golpes, la suspensión del detenido por sus muñecas, la introducción de su cabeza en el urinario, la violación con botellas u otros objetos y los largos periodos de aislamiento.
Amnistía ha denunciado casos concretos de tortura por canales oficiales, pero "raros son los casos en los que se han ordenado exámenes médicos o informes; en consecuencia, la impunidad sigue bien enraizada y los autores de estos actos continúan escapando a la Justicia", reza el informe en la parte dedicada a Marruecos.
El informe cita expresamente los casos de seis saharauis detenidos por manifestarse en las calles de El Aaiún en varios momentos de mayo de 2013 y posteriormente torturados; aunque sus familiares lo denunciaron, ello no dio lugar a ninguna investigación.
En sus conclusiones, AI recomienda a Marruecos respetar las convenciones internacionales y sus propias leyes (que prohíben expresamente la tortura), poniendo fin a la detención secreta, garantizando la asistencia de un abogado desde el primer momento de la detención, investigando las denuncias por tortura y concediendo indemnizaciones si esta queda probada. (SPS)
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