El Frente Polisario y el Gobierno de Argelia tienen el convencimiento de que los hombres armados que el sábado por la noche secuestraron a dos cooperantes españoles y una italiana en el campamento saharaui de Rabuni, en el oeste de Argelia, ya se encuentran en el norte de Mali, zona considerada como el cuartel general de las células saharianas de Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI).
Fuerzas armadas del Polisario perdieron la pista de los captores en el mar de dunas que separa Mauritania de Mali después de una larga persecución durante toda la jornada del domingo.
Las distintas fuentes coinciden en que las brigadas saharianas de AQMI cambiaron de vehículos en Mauritania y se dirigieron al norte de Mali, hasta donde incluso se adentraron los vehículos del Polisario sin que pudieran hacer nada para rescatar a los cooperantes. Es más, fuentes de seguridad saharauis, recogidas por la agencia AFP, señalaron que hubo incidentes con las autoridades malienses por esta intervención.
Con respecto a los captores, todos los actores salvo el Gobierno español apuntan a la rama argelina de Al-Qaida. La planificación del secuestro, la ejecución del plan, la descripción dada por los testigos y la audacia de los asaltantes coinciden con el 'modus operandi' de los grupos terroristas que se han labrado una sórdida reputación con el secuestro de ciudadanos occidentales en esas regiones del África subsahariana.
Ahora sí, la única duda razonable es que en norte de Malí se encuentran dos 'katibas' (células terroristas) dirigidas por Abu Zeid y por Mokhtar Belmokhtar.
Éste último fue el autor del secuestro de los cooperantes catalanes en noviembre de 2009 y que, después de tenerlos varios meses retenidos en Mali, les dejó en libertad previo pago de un rescate. Un extremo que nunca confirmó el Gobierno pese a las preguntas de diversos grupos parlamentarios.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, que no confirma la autoría de Al-Qaida y que todavía no ha contactado con los secuestradores, sí que ha comenzado las gestiones sobre el terreno para dar con el paradero de los cooperantes, el mallorquín Enric Gonyalons, de 29 años de edad y miembro de la ONG vasca Mundubat; la madrileña Ainhoa Fernández de Rincón, de 32 años y que se encontraba en Tinduf con la Asociación Extremeña de Amigos del Pueblo Saharaui, y la italiana Rosella Urru, del Comité Italiano para el Desarrollo de los Pueblos.
Contactos
En la operación de rescate están implicados la ONU, Argelia, Francia, Mauritania, Mali, Níger y otras organizaciones que están trabajando en estos momentos, según reconoció ayer el delegado del Frente Polisario en Extremadura, Badadi Benamar, quien a su vez reclamó cautela «para no estimular el trabajo tan sucio de estas personas (en referencia a los captores)».
Dos días después del secuestro, en el campamento de Rabuni sorprendía la efectividad del ataque pese a las medidas de seguridad del Polisario. Y es que este secuestro es el primero en Tinduf contra cooperantes después de 36 años de funcionamiento. Llama la atención, también, el conocimiento de los secuestradores sobre las rutinas de los trabajadores, la zona donde se alojaban y la propia seguridad de sus barracones.
Cabe recordar que hace unos meses, un informe diplomático estadounidense fechado en diciembre de 2009, desvelado por Wikileaks, revelaba que las autoridades del Polisario habían recibido amenazas de los «extremistas de la región» contra los occidentales que viven en los campamentos. «La percepción es que el pueblo saharaui está demasiado próximo a Occidente y no es suficientemente piadoso», se decía en aquel cable diplomático.
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