por Said Mhamud
El poder de algunos políticos saharauis sorprende incluso fuera de nuestras fronteras y en un país democrático como España, donde los cuidadnos tienen los mismos derechos y tienen libertad de expresión.
Hace poco una ministra saharaui utilizó todos sus medios de influencia en España para defenderse de unas acusaciones contra su persona en un foro público y lo ha hecho tan mal la “pobre” que salió perjudicando a personas inocentes que no tienen que ver nada con la política y que son gente emprendedora que ayudan en el progreso de la sociedad saharaui en los campamentos ,resulta que se ha equivocado porque las formas para resolver este tipo de problemas en un país democrático es denunciar los hechos y esperar el dictamen de la justicia, no aprovechar el poder que tiene para resolver los conflictos. Es patética la forma de obrar de la ministra porque una persona pública como ella puede estar sometida a comentarios de todo tipo y en todos los foros que pueden ser de su agrado o no eso depende de la gente. El enfado y la soberbia lo puede emplear la ministra en nuestra sociedad saharaui especialmente en los campamentos porque la naturaleza institucional lo permite. Nuestras instituciones en los campamentos están tan adulteradas que uno no se atreve defenderlas de la corrupción y la mala gestión y por tanto no hay excusas válidas para defenderse de las acusaciones ciudadanas en los foros independientemente de su veracidad, vivimos en una sociedad donde nuestros políticos huyen del reconocimiento de los errores y la autocrítica, pilares fundamentales para seguir luchando y que las cosas cambien para bien.
Lamento el perjuicio que ha tenido esta gente trabajadora y correcta en sus intenciones y reprocho las actuaciones mezquinas y tercermundistas de la ministra. El tiempo pondrá cada uno en su sitio y los débiles seguirán resistiendo las estocadas de los que creen que permanecerán poderosos.
Los débiles tienen un arma: los errores de los que se creen fuertes.
Said Mhamud.
El poder de algunos políticos saharauis sorprende incluso fuera de nuestras fronteras y en un país democrático como España, donde los cuidadnos tienen los mismos derechos y tienen libertad de expresión.
Hace poco una ministra saharaui utilizó todos sus medios de influencia en España para defenderse de unas acusaciones contra su persona en un foro público y lo ha hecho tan mal la “pobre” que salió perjudicando a personas inocentes que no tienen que ver nada con la política y que son gente emprendedora que ayudan en el progreso de la sociedad saharaui en los campamentos ,resulta que se ha equivocado porque las formas para resolver este tipo de problemas en un país democrático es denunciar los hechos y esperar el dictamen de la justicia, no aprovechar el poder que tiene para resolver los conflictos. Es patética la forma de obrar de la ministra porque una persona pública como ella puede estar sometida a comentarios de todo tipo y en todos los foros que pueden ser de su agrado o no eso depende de la gente. El enfado y la soberbia lo puede emplear la ministra en nuestra sociedad saharaui especialmente en los campamentos porque la naturaleza institucional lo permite. Nuestras instituciones en los campamentos están tan adulteradas que uno no se atreve defenderlas de la corrupción y la mala gestión y por tanto no hay excusas válidas para defenderse de las acusaciones ciudadanas en los foros independientemente de su veracidad, vivimos en una sociedad donde nuestros políticos huyen del reconocimiento de los errores y la autocrítica, pilares fundamentales para seguir luchando y que las cosas cambien para bien.
Lamento el perjuicio que ha tenido esta gente trabajadora y correcta en sus intenciones y reprocho las actuaciones mezquinas y tercermundistas de la ministra. El tiempo pondrá cada uno en su sitio y los débiles seguirán resistiendo las estocadas de los que creen que permanecerán poderosos.
Los débiles tienen un arma: los errores de los que se creen fuertes.
Said Mhamud.
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