sábado, 8 de noviembre de 2014

La lucha de las mujeres saharaui por la libertad y la identidad


  Jadiyetu El Mohtar
Para empezar he  de decir que la resistencia de Mahyuba es una forma de anacronismo que no se corresponde con la realidad del caso de una chica reclamada por su familia, que quieren retomar sus lazos afectivos y familiares tras una ruptura condicionada por factores que no voy a analizar, por no ahondar más en el drama de una familia que está sufriendo en carne propia lo que muchas familias saharauis llevan sufriendo décadas, a saber ,la ocupación y sus daños colaterales, entre ellos por supuesto, la situación que ha llevado a Mahyuba a estar en el lugar que quizás ni ella quería estar ni su familia pensaba que podía enviarla a que estuviese aquí o allá. Y segundo, la libertad ni de Mahyuba ni de las mujeres saharauis está secuestrada por nada ni nadie que no sea la ocupación ilegal, militar y brutal que obliga a la mitad de la sociedad saharaui vivir entre el exilio y la represión, esta es la realidad y no otra.
 En cuanto a la lucha por la libertad y los derechos de las saharauis, no es que haya llegado el momento con el “caso Mahyuba”, hace mucho que los saharauis luchan por sus derechos, tanto hombres como mujeres y la democracia es el objetivo de nuestra lucha, nuestro horizonte ahora y siempre.
El conflicto que ha enfrentado a la familia de acogida de Mahyuba y su familia biológica, sin duda , ha causado una enorme conmoción en la sociedad saharaui, no porque sea el primer caso, sino por el tratamiento que se ha dado  al tema practicando un ensañamiento hacia el movimiento de liberación , hacia la lucha de las mujeres saharauis y todo su entorno: movimiento solidario, programas de cooperación y hasta el apoyo a la noble causa justa y legítima del pueblo saharaui . Todo ello aplaudido, como no podía ser de otra manera, por el majzén marroquí y sus allegados.
Para el pueblo saharaui y para sus mujeres siempre ha sido y es obvio que  la libertad y  los derechos humanos  son fundamentales y apelamos a ellos desde el minuto uno de nuestra existencia como sociedad y como pueblo, de ahí nuestro apego a la resistencia contra cualquier forma de violencia o de privacidad contra las personas o contra los pueblos.
La sociedad saharaui es conocida por su tolerancia y respeto hacia otras culturas y aunque cree profundamente en el progreso, el desarrollo y la evolución natural de las personas, sociedades y culturas, también cree que la identidad de una sociedad es una riqueza que el mundo globalizado entiende y en ello está su riqueza y diversidad y  que casa con los preceptos religiosos y culturales que caracterizan a la sociedad saharaui y a los “bidan”,dónde la mujer es respetada y considerada .
 Afortunadamente para las mujeres musulmanas y las saharauis también,  lejos de lo que se cree, las mujeres musulmanas tienen una gran trayectoria dentro de la historia en relación al concepto hoy conocido como  Feminismo. El feminismo y el islamismo conviven desde hace siglos y reivindican desde sus perspectivas el derecho y la justicia que son la esencia de la convivencia y por lo tanto a la democracia. Para poner un par de ejemplos a los que creen que solo  vale lo que ven en Occidente:
 Una de las esposas  del profeta y símbolo de feminismo participó activamente de los asuntos de la comunidad. Otra de las esposas del Profeta fue la primera agitadora en la “batalla del Camello” primera guerra civil en 656 d.C, guerra que marcó la división entre shiitas y sunnitas y que se utilizó como argumento  por los gobernantes de la época  para decir que las mujeres deben estar relegadas de los asuntos públicos.
 La sultana Radiyya en Delhi, llegó al poder en condiciones parecidas a las de la primer ministro  Benazir Bhutto y,  así hasta nuestros días. Las mujeres saharauis son luchadoras desde la misma existencia y son conscientes de que les queda mucho por ganar y por lo que luchar y, no obvian la realidad ni venden nada que no sea una realidad a la vista de cualquiera que quiera verlo, claro que todo depende de la visión de quien mire. Los saharauis somos conscientes que nuestro Estado tiene que trabajar y por él todos y cada uno de nosotros hacia la instauración de nuestra soberanía sobre todo nuestro territorio nacional y el fin de la ocupación para canalizar todas nuestras energías en asentar nuestra democracia y con ella todos nuestros derechos adquiridos y por adquirir.
En cuanto al papel de la UNMS, creo que enmarcar su pertenencia “al aparato” no le quita ni un ápice de legitimidad, ni ahora ni en el pasado, porque su legitimidad emana de la voluntad de las mujeres saharauis a las que representa y que no han salido de ningún” armario”, son mujeres saharauis, árabes, musulmanas y con una mentalidad abierta y tolerante.
Las mujeres  saharauis que se han enrolan en el movimiento de liberación F. Polisario y al mismo tiempo son de la UNMS , no son meras espectadoras o fuerza de maniobra utilizada por el “aparato “, son  Mujeres que ostentan tras sus coloridas melhfas títulos universitarios, formación intelectual que les capacita para la defensa de sus derechos y las que menos, están armadas con una fuerza de voluntad y una dignidad que les hace merecedoras del mayor de los respetos, porque muchas de ellas no conocen siquiera los términos de género y equidad que se oyen en  Occidente y sin embargo luchan por  sus espacios políticos y sociales ,los consideran suyos y  los defienden sin menospreciar ni su cultura ni su religión.
Las mujeres saharauis saben que  el Corán como carta de derechos marca los  derechos sin distinción ni plusvalía de género y culpan a los  Países liderados por las monarquía árabes  y teocráticas -esas que tienen Comendadores de Creyentes y que se rigen como guías espirituales de las sociedades -de la situación actual  que vive la mujer  musulmana en general .En cuanto a la mujer saharaui, es evidente y claro que ni la Constitución saharaui ni el F. Polisario pueden privar a ninguna mujer de ejercer plenamente  sus derechos. Nadie puede imponer ni a las mujeres  ni a las autoridades  saharauis ninguna receta exterior, los cambios y avances se hacen desde dentro, desde la reflexión y el consenso, no desde el chantaje ni a cañonazos. Ningún país puede darnos  lecciones de ética ni moral. Somos una sociedad que lucha por su libertad y su identidad nacional. Como mujeres creemos que es imperativo deshacer los estereotipos nefastos, repudiar la manipulación y reinstaurar el concept  de tolerancia  y convivencia,  digno de la democracia que tanto se ensalza.
 Buscamos mostrar un conducto de compatibilidad armónica e igualitaria entre las grandes áreas de civilización sin imposiciones de ningún tipo.
La sociedad saharaui como cultura que cabalga entre Oriente y  Occidente entiende  que las relaciones pueden y deben estar basadas  en el respeto ético, cultural y dar la posibilidad  al mutuo  conocimiento y reconocimiento entre culturas.
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jueves, 6 de noviembre de 2014

Como mujer saharaui y madre, me gustaría compartir esta reflexión con Mahyuba

Por Mueina Chejatu Ali-Salem
En realidad, tenía la certeza que la experiencia que has vivido, Mahyuba, evidentemente se resolvería, puesto que ni tus padres ni el resto de tu familia biológica, tienen la intención de hacerle daño…
Personalmente siempre he considerado que es un tema ÚNICAMENTE familiar: una joven entre dos familias, con diferentes CÓDIGOS culturales, costumbres, valores en cuanto el respeto a los mayores… y la influencia de estos en el resto de la familia. Sonfactores que no son ni mejores ni peores que otros, únicamente DIFERENTES Y RESPETABLES.

El CONCEPTO DE SECUESTRO ES MUY ALARMANTE
Sus padres biológicos viendo que ya comparten muy poco o casi nada con su hija en todos los aspectos de la vida, han intentado convencerla, para estar más tiempo con ellos, dos meses… convivir con ella, conocerla y que ellos la conozcan… ¿A esto se le llama secuestro? 
Pues por el hecho de haber vivido tantos años seguidos en España ha perdido el contacto con su realidad, es evidente que su mentalidad ha cambiado… y es cierto que se le ve muy integrada en esta sociedad pero, aun así, se podía intentar no cortar de raíz los orígenes de esta joven y causarle un desarraigo importante.
Todos sabemos que hay cientos de chicas y chicos saharauis viviendo con familias españolas y visitan periódicamente a sus familias biológicas sin ningún tipo de dificultades; el secreto está en saber qué tipo de relación mantienen estas dos familias por el bien de estos jóvenes.
Muchas de las declaraciones que últimamente han salido a la luz en los medios de comunicación, solo contribuyeron a dificultar los esfuerzos que se estaban desplegando en aras de alcanzar la solución que todos queremos para Mahyuba. Y, sobre todo, cuando se trata de utilizar la solidaridad como instrumento de presión a los saharauis o suspender el apoyo humanitario, que se supone que es desinteresado y orientado a apoyar causas justas; con estas posiciones lo que se pretende es castigar a todo un pueblo.
La forma de la mediación era importante para la búsqueda de una solución para alcanzar el entendimiento y la comprensión con la familia y que no deje heridas o secuelas negativas en las relaciones familiares.
Seguro que se habrán intentado evitar soluciones forzadas o violentas que dejaran consecuencias insalvables en el espacio familiar.
Siempre fui optimista en que se alcanzaría el desenlace deseado pero me pregunto:
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¿Por qué no se hizo nada cuando españoles de origen saharaui son torturados y perseguidos por las fuerzas de ocupación marroquí, como el caso de Babi Hamday Buyema que fue asesinado por la policía marroquí a plena luz del día?
¿Por qué no se hizo nada cuando se encontró recientemente el cuerpo sin vida de Mahmoud Haidar abandonado en pleno desierto?
¿Por qué no se hizo nada por los constantes encarcelamientos de quienes se manifiestan en la Zonas Ocupadas?


¿Por qué sigue el grupo de jóvenes presos políticos de Egdeim Izik en las cárceles Marroquíes?

¿Por qué no se hizo nada con la reciente muerte del joven HASSENA ElWALI, en la cuidad de Dajla Ocupada?
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Debemos de pensar o aceptar que la violación de los DD.HH. tiene categorías o se valora dependiendo de qué caso…
Todos y todas debemos ser libres, pero las familias de acogida tienen que saber distinguir entre ADOPCIÓN Y ACOGIDA TEMPORAL SOLIDARIA y por qué motivo lo están haciendo…
El desarraigo social y el rechazar a tu entorno, familia, causa, costumbres… y aplicar otras, en definitiva ,no es un delito pero sí es PÉRDIDA DE IDENTIDAD, por la que llevamos 40 años luchando.
Considero, que siendo una joven intelectual, eres consciente de la manipulación que está utilizando Marruecos para desprestigiar a la lucha del pueblo Saharaui, utilizando tu caso. Aspecto en el que debes, si te parece, implicarte; no creo que estas intoxicaciones marroquíes las compartas.
Solo me queda decirte, Mahyuba, que te deseo mucha suerte en todas las decisiones de tu vida… futuro laboral y personal; y seguro que tendrás muchos amigos que te apoyan pero, familia, solo hay una… o en tu caso dos.

Si te soy sincera he pensado mucho en tu madre…
Un abrazo.
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domingo, 2 de noviembre de 2014

La resistencia de Mahyuba nos muestra nuevas facetas del conflicto saharaui y anacronismos de la sociedad bidan

Dr. Lehdia Dafa
Ahora que Mahyuba ha recuperado su libertad, me congratulo con todas las personas que han mostrado su apoyo y reclamado la libertad para ella, y con ella, la libertad y los derechos de las mujeres, y de manera particular de las mujeres saharauis.
Es el momento de reflexionar, de compartir y contrastar ideas, de sacar conclusiones que nos ayuden a orientarnos en la lucha por la libertad, la igualdad y la democracia para los saharauis y el resto de los pueblos.
Denunciar la privación de libertad de movimientos de una mujer adulta, aunque como en este caso sea por obra de su familia, por mucho que la tradición, costumbres o creencias puedan pretender justificarlo, por mas que se haya tratado de presentar como “un conflicto entre familias”, es denunciar la violación de un Derecho Humano fundamental y por ello ha acabado concitando un amplísimo apoyo incluso desde las posiciones mas diversas.
La Libertad, los Derechos Humanos y la Justicia no son patrimonio exclusivo de Occidente, de los nsara, son ideales y logros del conjunto de la Humanidad, que a todos nos dignifican, a los que todos podemos apelar, y que están por encima y son una referencia en los roces culturales o conflictos entre distintas sociedades.
En la sociedad saharaui, como ya ha ocurrido en muchas otras del mundo árabe y musulmán, se irán inevitablemente adoptando nuevas formas de vida que obligarán a una paulatina revisión de los preceptos religiosos y culturales, un proceso que bien podría calificarse de despatriarcalización del Islam y de la Sharía.
A menudo se ignora que la historia de las luchas de las mujeres en el mundo árabe y musulmán por sus derechos empezó nada menos que hacia 1920 en Egipto. Muchas de nosotras, por voluntad propia, somos herederas de aquellas activistas y de todas las hermanas que han tenido que soportar acusaciones y violencia por defender la igualdad en derechos y libertades de la mujer. Tampoco aceptamos la idea ampliamente extendida en Occidente de que la mujeres musulmanas, y saharauis en este caso, somos incapaces de generar un debate y crítica del patriarcado y de sus prácticas de subordinación y discriminación de la mujer.
La sociedad saharaui tiene pendiente un debate sincero y renovado sobre la necesaria -e inevitable en un mundo global- igualdad de género, partiendo de la situación real: la de una sociedad profundamente patriarcal (no la imagen irreal, que en beneficio de la causa, lleva décadas “vendiéndose”). Se hace improrrogable y prioritario un desarrollo legislativo que establezca nítidamente la igualdad de la mujer saharaui en la totalidad de derechos, lo que contribuirá a ir avanzando en el terreno de la igualdad real.
Aunque todavía tímida, la rebeldía de las mujeres saharauis ha “salido del armario”. Esta lucha ha permitido visibilizar que podemos y queremos enfrentarnos al desafío de ser saharauis, exiliadas (da igual dónde) y musulmanas, pero con la voluntad de beneficiarnos de todas las ventajas de la modernidad. Queremos estar en los mismos espacios de participación que los hombres, sin que por ello se nos intente criminalizar o condenar al ostracismo y el aislamiento social. No lo vamos a permitir.
Las organizaciones oficiales de mujeres saharauis, integradas en el aparato, que han desempeñado un importante papel en el pasado en el empoderamiento y la participación de la mujer y que posibilitan la presencia de la causa saharaui en los foros internacionales, hoy se muestran incapaces de liderar la lucha por la emancipación de la mujer saharaui.
El Frente Polisario si no quiere verse amonestado por informes de supervisores internacionales de Derechos Humanos, como el reciente de HRW, o por presiones de gobiernos que velan por los derechos de sus ciudadanos (caso Mahyuba) tendrá que revisar y actualizar su ideario político. Los gestos como la creación del Consejo de DDHH en los campamentos, no son suficientes. En los Derechos Humanos se cree, y se vela por su cumplimiento, en el Sahara ocupado y en los Campamentos, o no se cree y solo se utilizan a conveniencia política, con las consecuencias dichas.
Los debates, que inevitablemente se han producido en las redes sociales, entre algunos españoles y saharauis (no todos formulados desde el respeto y la altura de miras) han servido para conocer mejor mentalidades machistas, resentimientos históricos y xenofobias latentes. La realidad, para bien o para mal, no es tan idílica ni maniquea como pretenden los propagandistas. Queda mucho trabajo por hacer. Hagámosle con cordura, con respeto y sin odio."
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