La Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS), que agrupa a más de 200 Asociaciones de amistad y solidaridad con el Sahara en el Estado español, ante el secuestro de tres cooperantes en los campamentos de población refugiada en Tinduf (Ainhoa Fernández Rincón, miembro de la Asociación Solidaridad con el Pueblo Saharaui de Extremadura, Enric Gonyalons de la ONG Mundubat, y Rosella Urru de CISP), queremos dar a conocer a la opinión pública las siguientes consideraciones:
1. Manifestamos nuestra más sincera y profunda solidaridad con la familia y amistades más cercanas de las personas secuestradas con quienes compartimos muchas ilusiones y trabajos y a quienes consideramos también amigos/as y compañeros/as.
2. Afirmamos rotundamente que la única responsabilidad de lo sucedido recae sobre la banda criminal que ha perpetrado el secuestro y en sus instigadores, sin que ni la población refugiada ni las autoridades saharauis tengan nada que ver en esta desgraciada circunstancia que intenta perjudicar las estrechas relaciones de cooperación que existen entre los distintos pueblos del Estado español y el Pueblo Saharaui.
3. Reiteramos nuestra confianza absoluta en las autoridades de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), tanto respecto a los medios y medidas adoptadas para la resolución de este caso, como en todo lo relativo a la protección y seguridad que vienen dando a cooperantes, familias y representantes de todo tipo de grupos e instituciones que durante más de 35 años visitan regularmente los campamentos de población refugiada saharaui.
4. Ponemos toda nuestra voluntad y capacidades para contribuir de la forma más rápida y eficaz a una feliz resolución de este suceso. Lo fundamental en este momento es poder recuperar a nuestros compañeros/as lo antes posible sanos y salvos, y cooperar en este sentido, con las autoridades saharauis, el Gobierno español y los demás Gobiernos de la región, para su pronta liberación.
5. Lo sucedido no hace sino poner de manifiesto la necesidad de una acción política y diplomática más decidida para poner fin a la situación de injusticia que padece el Pueblo Saharaui desde hace más de 35 años y que le obliga al exilio y a recurrir a la ayuda internacional para garantizar su supervivencia. Esta solución pasa inexorablemente por el el fin de la ocupación de su país por Marruecos y por el libre ejercicio del derecho de autodeterminación.
6. Mientras la Comunidad Internacional no ejerza las responsabilidades que le corresponden para alcanzar una solución justa y duradera al conflicto del Sáhara Occidental, las organizaciones de solidaridad y cooperación que trabajamos en el Sáhara Occidental mantendremos nuestro esfuerzo y nuestra presencia tanto en los campamentos de población refugiada como en los territorios ocupados siempre que la población saharaui y sus autoridades legítimas así nos lo soliciten.
7. Por último, en estos duros momentos para todas y todos nosotros, no olvidamos a las dos cooperantes de Médicos Sin Fronteras secuestradas igualmente en Somalia, a cuyas familias y amigos/as trasladamos nuestra profunda y sincera solidaridad.
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