Hoy, 10 de diciembre, como cada año, se conmemora, se celebra y también se "celebra", el día internacional de los derechos humanos para recordar que el respeto a los derechos básicos e inalienables de todas y cada una de las personas es el ideal común al que aspiran todas las naciones y pueblos del mundo.
El Día fue proclamado por la Asamblea General en 1950, y la fecha elegida coincide con el aniversario de la aprobación en 1948 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este documento histórico detalla en sus 30 artículos los derechos fundamentales civiles, culturales, económicos, políticos y sociales que nos unen como comunidad internacional bajo los mismos ideales y valores.
Sin embargo, este día, y tal vez con más énfasis que el resto de los días del año, deja un sabor amargo en la indefensa población saharaui en los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental.
¿Cómo conmemorar, celebrar y/o "celebrar" este día ante la impune y cotidiana represión marroquí que los atormenta desde hace 4 décadas y ante los ojos ciegos y los oídos sordos del mundo entero?. Sus derechos no son respetados ni en los caracteres más básicos y nada mas inimaginable que la aplicación del término 'inalienable' dentro del marco del respeto de sus derechos, que son violados, ultrajados y vejados cada día de sus vidas.
Es imposible o casi imposible imaginar como es la vida de nuestros hermanos en el Sáhara Ocupado, cuando día tras día al abrir las ventanas de sus casas, no solo entra la luz del sol, sino también la congoja y el amargo sentimiento de saber que el solo hecho de estar vivo y de ser saharaui, significa estar expuesto y ser vulnerable a ser la próxima víctima de cosas aberrantes que pueden ser desde una agresión verbal como mínimo hasta la pérdida de la propia vida a manos de la brutalidad del invasor.
Infinidad de consignas se deben venir a sus mentes, todas y cada una en reclamo de sus derechos.
Imagino ese sabor amargo de todo un pueblo al sentirse literalmente excluidos en este día de los derechos humanos.
Más de 600 desaparecidos, miles de personas torturadas, innumerables violaciones físicas, decenas de muertos en forma violenta e impune a manos de las fuerzas de ocupación ilegal marroquí solo en la última década, y toda una población en una cárcel a cielo abierto bajo el desconsuelo del terror.
Y año tras año nos hacemos la misma pregunta: ¿Hasta cuándo?
Darghamyo
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