Sáhara Occidental
Diego Camacho (4/11/2011)
Cuyo objetivo aparente han sido tres cooperantes, dos españoles y una italiana, aunque todo parece indicar que existe otro fin más profundo; incidir decisivamente en la percepción política del Magreb.
Diego Camacho (4/11/2011)
Cuyo objetivo aparente han sido tres cooperantes, dos españoles y una italiana, aunque todo parece indicar que existe otro fin más profundo; incidir decisivamente en la percepción política del Magreb.
Nada más tener lugar el secuestro aparecen diferentes versiones. De un lado, las que tratan de vincular al Frente Polisario con el terrorismo islamista de la región. Deotro, las que tratan de exculpar a los saharauis y Argelia de la autoría aún aceptando cierta responsabilidad en la seguridad de los campamentos.
El intento por Marruecos de establecer lazos entre el Polisario y AlQaida viene de lejos y nada más producirse la acción no faltó tiempo para buscar la conexión. Sólo había que ver la cara de satisfacción del ministro marroquí de Asuntos Exteriores y escuchar sus palabras, durante la visita a Rabat deTrinidad Jiménez, para comprender que un acto terrorista en el país vecino, lejos de alarmarle le alegraba. De manera simultánea aparecían en EE. UU. una serie de periodistas, encargados de hacer de amplificadores en un intento de influir en la opinión pública norteamericana. Estas dos coincidencias permiten sospechar que la explotación del secuestro en los medios de comunicación social y en una sola dirección a pesar de carecer de información verdaderamente fiable era algo preparado de antemano.
En una operación de ese tipo, el objetivo es lograr llevarse a los rehenes. La dificultad no estriba ni en la aproximación al objetivo ni en el ataque, sino en la huida. En la primera los diferentes elementos del comando pueden converger por separado en las proximidades del objetivo, con lo que su detección es prácticamente imposible, si está bien ejecutada. El ataque también es de sencilla realización, si antes se han estudiado los puestos de centinela, la frecuencia de los relevos y se tiene información de la localización del objetivo. Esta información que es sencilla de obtener en el terreno, sin levantar sospechas, también puede obtenerse vía satélite. Claro que para ello hay que disponer del satélite. La retirada es el verdadero núcleo de la operación. Si ella fracasa todo se va al traste, pues no se trataba de atacar el campamento sino de mostrar su inseguridad y así asestar un golpe de gracia a la cooperación internacional.
Es digna de aplauso la postura de la UE y de la ONU al señalar que la cooperación con los campamentos no iba a detenerse. Postura pragmática, mientras no se desvelen varias interrogantes, y que contrasta con la postura mantenida por el gobierno español en voz de su ministra de Asuntos Exteriores, al solicitar de manera inmediata el nombramiento de una comisión que analice la seguridad de los campamentos y su recomendación de no viajar a estos. Lo solicitado por Jiménez es lo deseado por Rabat, de ahí su precipitado viaje al país vecino. Más lógico hubiera sido trasladarse a Malí que es donde nos dicen se encuentran los secuestrados. Nuestro impresentable gobierno, por su actitud, parece que lo tiene todo claro, si es así podría explicarlo y de paso contarnos el resultado de los informes que habían solicitado al gobierno marroquí hace un año, cuando soldados y colonos arrasaron el campamento de Gdeim Izik.
Volviendo al secuestro, parece que los terroristas tienen problemas en el ataque pues son descubiertos y tienen que herir a un centinela y a un rehén para poder huir. Su retirada parece que se inicia a las 0200 (a. m.). El itinerario más corto hacia Malí es por la pista de Tinduf hacia Ain Ben Tili y de allí pasar a Mauritania hacia Bir Mogrein y seguir hacia el sur. Ese itinerario de evasión es tácticamente un error, a no ser que exista la complicidad del Frente Polisario. Es un error, pues el tiempo en vehiculo de Tinduf a Ain Ben Tili por la pista es de al menos 6 horas. Tiempo más que suficiente para que las fuerzas del Frente Polisario existentes en Ain Ben Tili y en Tifariti pudieran cortar el paso a los secuestradores, habiendo ya amanecido. Desviarse al este de la pista de Tinduf, es salir de los puntos de agua, y al alargar el itinerario perder antes la protección de la noche. Desviarse hacia el oeste de la pista de Tinduf es caer hacia el muro marroquí o hacia Tifariti, en este último caso cuando ya ha amanecido.
La otra posibilidad es una vez alcanzado Mahbes caer hacia el oeste y por la Hammada dirigirse hacia Echediria, ello permitiría alcanzar el muro e internarse en territorio controlado por Marruecos en plena noche. La hipótesis de dirigirse hacia el norte supondría adentrarse en territorio argelino. Estas dos últimas hipótesis permitirían trasladar a los secuestrados por vía aérea a su localización final, que sería la manera más segura de lograr el objetivo final con el menor riesgo.
Saber el itinerario escogido se convierte en uno de los factores necesarios, aunque no suficiente, para conocer la autoría. La adquisición informativa sobre el terreno es hoy día la herramienta informativa esencial.
N. de la R.
El autor es coronel diplomado en Operaciones Especiales, licenciado en Ciencias Políticas y miembro de la Junta Directiva de APPA (Asociación para el Progreso de los Pueblos de África).
El autor es coronel diplomado en Operaciones Especiales, licenciado en Ciencias Políticas y miembro de la Junta Directiva de APPA (Asociación para el Progreso de los Pueblos de África).
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