Javier Perote (3/11/2011)
Es opinión generalizada que la mala gestión de la economía y los cinco millones de parados van a ser la causa del batacazo que se les avecina a los socialistas; probablemente es así. Pero también los hay que piensan que esto no es lo peor del gobierno de Zapatero, que lo peor ha sido desenterrar el hacha de guerra y enfrentar de nuevo a las dos “españas”; también esto es posible. Pero aún existe otra opinión, poco exteriorizada pero dolorosamente sentida, de mucha gente para la cual lo peor de Zapatero y los suyos ha sido el grado de enmierdamiento al que ha llevado a España.
Es opinión generalizada que la mala gestión de la economía y los cinco millones de parados van a ser la causa del batacazo que se les avecina a los socialistas; probablemente es así. Pero también los hay que piensan que esto no es lo peor del gobierno de Zapatero, que lo peor ha sido desenterrar el hacha de guerra y enfrentar de nuevo a las dos “españas”; también esto es posible. Pero aún existe otra opinión, poco exteriorizada pero dolorosamente sentida, de mucha gente para la cual lo peor de Zapatero y los suyos ha sido el grado de enmierdamiento al que ha llevado a España.
Es gente indignada ante el comportamiento, con frecuencia delictivo, de cargos públicos en cuyos nombramientos ha privado, más que la eficacia en el desempeño de la función, el amiguismo o el parentesco con algún capitoste del partido, el pago a favores recibidos o simplemente la torpeza de elegir a la persona no adecuada. Se ha rebajado la categoría del cargo a la mediocridad del beneficiado. ¿Quién no ha sufrido con vergüenza el ridículo por la pobre actuación de nuestros representantes en algunos foros internacionales.
Recuerdo las palabras de una miembro de habla inglesa de las NN. UU. referidas a Moratinos, por su actuación respecto al asunto del Sáhara: sstupid tonchto, no vale, hombre tonchto.
El “perfecto mierda” ha sido durante años la imagen de España por todo el mundo.
Mucha gente no entiende la falta de reacción de las bases del partido socialista, lo que les hace parecer cómplices, como si todos se hubieran beneficiado de tantos desmanes.
Estos días vemos el entusiasmo con que se enarbolan banderas del partido en los mítines de campaña, cuya sospechosa uniformidad, tantas veces vista en estos años, nos indica claramente quién pone los autobuses y los bocadillos que garantizan los llenazos.
Me dolía la mansedumbre de los mineros que no eran capaces de rebelarse ante la frivolidad en aquella carnavalada de pañuelos rojos y puño en alto de unas niñatas que no han dado un palo al agua en su puta vida, pidiendo desde el lucrativo pedestal de sus sueldazos a aquella legión de viejos trabajadores, famélicos de justicia con las manos encallecidas y silicosis en los pulmones, que se agruparan todos en la lucha final, ellos y los de la tribuna, ¡qué sarcasmo!, mientras el maese del guiñol con cara de cándido y los hilos de las marionetas bien trabados en sus gordos dedos controlaba el redil, en nombre de la izquierda no fuera que llegara el COCO con piel de cordero y le vaciara su parcela. También en tal ocasión las banderas y las pancartas mostraban la misma uniformidad.
Se ha llegado a un punto en que a muchos de ellos, los que piensan, les cuesta identificarse con esa izquierda que basa todo en la propaganda y la farfolla pero no dan ejemplo con su comportamiento. Los restaurantes de lujo, los colegios elitistas, la tarjetas oro, y otras muestras de un estilo de vida verdaderamente ofensivo, no concuerdan con lo que predican. Piensan que eso no es la izquierda en la que ellos han creído durante toda su vida.
Muchos que creyeron en sus proclamas de los primeros tiempos, ya están de vuelta después de sentirse engañados y manipulados hasta el extremo de haberse convertido en colaboradores de la traición al pueblo saharaui. Recuerdan, sin comprender el porqué del cambio, aquellos mítines en que las banderas del Frente Polisario competían en profusión con las del puño y la rosa. No cayeron en la cuenta que ya estaban siendo manipulados, que entonces lo único que interesaba era ganar votos y alcanzar el Poder Pero como declaró en su día Fernando Morán, ministro de Asuntos Exteriores, ya lo tenían todo preparado desde dos años antes.
Es curioso que este ministro con nombre de rey y de santo, aún antes de configurarse el primer gobierno socialista de Felipe González, se anticipara a la traición con aquella manifestación publica de adhesión a Hassan II: “no solo no haremos nada en contra de su Majestad el Rey de Marruecos sino que haremos lo que esté en nuestras manos para mantenerle en el Poder”. Al poco llegó Narcís Serra con el catálogo de los truenos bajo el brazo: “venderemos armas a Marruecos, cuantas mas mejor”. Luego todo fue rodar y rodar, cuesta abajo; las visitas de F/G y Z/P a Marruecos, las comisiones, los viajes gratis total, Filesa, contrabando de marfil en aviones del Estado y mil corruptelas mas. En nombre del pacifismo dejaron plantados a nuestros aliados frente al enemigo y despreciaron su bandera. Pero habían ido demasiado lejos y fueron a rezar a Nueva York para espiar culpas y como penitencia nos metieron en Afganistán y en Libia. No hay quien los entienda. No tienen perdón ¡Que se mueran!, el día veinte se abrirán para ellos las puertas del infierno; así sea. Hoy 2-11-2011 día de los difuntos.
N. de la R.Javier Perote, coronel del Ejército y miembro de la Junta Directiva de APPA (Asociación para el Progreso de los Pueblos de África).
Próximamente quiero viajar a los campamentos saharauis de Tinduf y por esta razón he leído vuestra web. No salgo de mi asombro al toparme con este exaltado, cuyo artículo zafio y convulso me recuerda el prietas las filas de la derechona mas rancia. Sin el mas mínimo rigor intelectual esparce datos queriendo hacer de la mentira, una verdad absoluta; de la estupidez, una razonada argumentación; de la zafiedad, una seguridad irrefutable. No le pido que acepte los principios de la democracia, pero al menos sí que sea agradecido a los que le pagamos el sueldo, unos serán de izquierdas y otros de derechas. A todos tiene que tratar con respeto, no lo olvide.
ResponderEliminar