Foto: La actriz Victoria Abril a su llegada a la ceremonia de inauguración del VII Festival Internacional de Cine del Sáhara (Fisahara), en 2010 en el Campo de refugiados saharauis de Dajla (Argelia). EFE/Archivo
Su objetivo es contribuir a acercar al pueblo saharaui, que vive en condiciones precarias, al ocio y la cultura en tanto que muchos no habían visto cine desde su salida del Sahara en 1976, cuando España abandonó a su antigua colonia, y estalló una guerra entre Marruecos, que considera suyo el territorio y lo administra hoy día, y los independentistas del Frente Polisario.
Aunque no es competitivo, otorga unos premios basados en la acogida de las películas por parte del público y que están representados por un camello blanco, símbolo de prosperidad y buena suerte para los beduinos y por la rosa del desierto.
Este año, el Fisahara contará con México como país invitado y, asistirán, entre otros, el director de ese país Gregorio Rocha, además de actores como Aitana Sánchez Gijón, Juan Diego Botto, Eduard Fernández, Malena Alterio o Jordi Aguliar.
Además de hacer visible a la población saharaui refugiada, el festival recordará este año a los dos cooperantes españoles, Ainhoa Fernández y Enric Gonyalons, secuestrados hace seis meses en Tinduf -con la italiana Rosella Urru- y que siguen retenidos en algún lugar del norte de Mali.
El festival nació a finales de 2003 a iniciativa del cineasta peruano Javier Corcuera - que ha ejercido como director del certamen- y de los organizadores del Festival Internacional de Cine Inédito de Islantilla (Huelva), en cuya edición de ese año se realizó una recogida de juguetes con destino a los niños que viven en los campamentos, en colaboración con un grupo de actores.
A partir de ese momento todas las ediciones han contado con la mayoritaria presencia de cineastas españoles como Iciar Bollain, Carmelo Gómez, Achero Mañas, Willy Toledo, Luis Tossar o Javier Bardem, su mayor valedor.
Guiones de carácter humano, solidario y de denuncia social han protagonizado el Fisahara desde su creación, como en la edición de 2005 cuando el director senegalés, Moussa Sene Absa, se llevó la "Camella" por su "Madame Brouette", una historia (exhibida también en la Berlinale) que resalta que en África también es posible la rebelión de la mujer.
El tercer certamen (2006) otorgó el primer premio al documental "La historia del camello que llora", un trabajo de la estudiante de cine mongola Byambasuren Davaa, cuyo final feliz dependía de que una camella, que había rechazado a su cría después de un parto complicado, la admitiera de nuevo.
La quinta edición (2008) adquirió especial relevancia ya que se cerró con el compromiso del mundo del cine español de crear una plataforma de apoyo a la causa saharaui y realizar un largometraje con la participación de los refugiados.
Esta idea ha quedado materializada con el documental producido por Javier Bardem "Hijos de las nubes. La última colonia", que se proyectará este año y donde el actor -que actúa como narrador- lleva el conflicto saharaui desde la ONU a la Moncloa.
La edición de mayo de 2010 estuvo dedicada a los activistas de Derechos Humanos saharauis, y que tomó relevancia con el caso de Aminatu Haidar, quien llevó a la actualidad mundial el conflicto del Sahara por la huelga de hambre que protagonizó a finales de 2009 en el aeropuerto de Lanzarote, para que Marruecos le permitiese regresar al Aaiún.
El FiSahara ha creado también una red de videotecas en todos los campamentos de refugiados para continuar la labor del festival de cine.
Su objetivo es contribuir a acercar al pueblo saharaui, que vive en condiciones precarias, al ocio y la cultura en tanto que muchos no habían visto cine desde su salida del Sahara en 1976, cuando España abandonó a su antigua colonia, y estalló una guerra entre Marruecos, que considera suyo el territorio y lo administra hoy día, y los independentistas del Frente Polisario.
Aunque no es competitivo, otorga unos premios basados en la acogida de las películas por parte del público y que están representados por un camello blanco, símbolo de prosperidad y buena suerte para los beduinos y por la rosa del desierto.
Este año, el Fisahara contará con México como país invitado y, asistirán, entre otros, el director de ese país Gregorio Rocha, además de actores como Aitana Sánchez Gijón, Juan Diego Botto, Eduard Fernández, Malena Alterio o Jordi Aguliar.
Además de hacer visible a la población saharaui refugiada, el festival recordará este año a los dos cooperantes españoles, Ainhoa Fernández y Enric Gonyalons, secuestrados hace seis meses en Tinduf -con la italiana Rosella Urru- y que siguen retenidos en algún lugar del norte de Mali.
El festival nació a finales de 2003 a iniciativa del cineasta peruano Javier Corcuera - que ha ejercido como director del certamen- y de los organizadores del Festival Internacional de Cine Inédito de Islantilla (Huelva), en cuya edición de ese año se realizó una recogida de juguetes con destino a los niños que viven en los campamentos, en colaboración con un grupo de actores.
A partir de ese momento todas las ediciones han contado con la mayoritaria presencia de cineastas españoles como Iciar Bollain, Carmelo Gómez, Achero Mañas, Willy Toledo, Luis Tossar o Javier Bardem, su mayor valedor.
Guiones de carácter humano, solidario y de denuncia social han protagonizado el Fisahara desde su creación, como en la edición de 2005 cuando el director senegalés, Moussa Sene Absa, se llevó la "Camella" por su "Madame Brouette", una historia (exhibida también en la Berlinale) que resalta que en África también es posible la rebelión de la mujer.
El tercer certamen (2006) otorgó el primer premio al documental "La historia del camello que llora", un trabajo de la estudiante de cine mongola Byambasuren Davaa, cuyo final feliz dependía de que una camella, que había rechazado a su cría después de un parto complicado, la admitiera de nuevo.
La quinta edición (2008) adquirió especial relevancia ya que se cerró con el compromiso del mundo del cine español de crear una plataforma de apoyo a la causa saharaui y realizar un largometraje con la participación de los refugiados.
Esta idea ha quedado materializada con el documental producido por Javier Bardem "Hijos de las nubes. La última colonia", que se proyectará este año y donde el actor -que actúa como narrador- lleva el conflicto saharaui desde la ONU a la Moncloa.
La edición de mayo de 2010 estuvo dedicada a los activistas de Derechos Humanos saharauis, y que tomó relevancia con el caso de Aminatu Haidar, quien llevó a la actualidad mundial el conflicto del Sahara por la huelga de hambre que protagonizó a finales de 2009 en el aeropuerto de Lanzarote, para que Marruecos le permitiese regresar al Aaiún.
El FiSahara ha creado también una red de videotecas en todos los campamentos de refugiados para continuar la labor del festival de cine.
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