por Haddamin Moulud Said
El Discurso:
“Convencidos de que nuestra Organización pertenece a todos los saharauis, por igual. Y convencidos, también, de que a todos, por igual, nos corresponde asumir los retos que nuestra Organización nos exige para alcanzar el gran objetivo de la independencia total, creemos que ha llegado el momento de dar los pasos necesarios para materializar, sobre el terreno de la realidad, esas palabras y, así, dar oportunidad a que todo saharaui, firmemente comprometido con los nobles objetivos de nuestra Causa y que cumpla los requisitos establecidos, pueda acceder a los puestos de dirección de nuestra Organización.
Por todo ello, os propongo dos medidas, que concretan el Principio según el cual “La soberanía reside en el pueblo”, tal y como consta en el artículo 6º de los Estatutos Internos, para su debate y aprobación:
Esa resistencia nos hace formular estas preguntas:
¿Tiene el régimen la voluntad de reformar el Sistema? Esa es la pregunta. Nadie debe ni puede culpar a las bases populares por haber aprobado, en este XIII Congreso, lo que han aprobado. La pregunta no se plantea a los congresistas. La pregunta hay que formularla al régimen. Y entiéndase, por régimen, a Abdelaziz y sus más estrechos colaboradores.
El pueblo, y más en un Congreso que se plantea en términos de reto a Marruecos, vota a cualquier cosa. El pueblo es noblemente leal a los dirigentes. En este y en los próximos cien congresos, el pueblo, seguirá votando lo que le digan sus dirigentes. Para algo son sus dirigentes, no su enemigo. Luego, la pelota está en el tejado de esos dirigentes. A ellos corresponde responder a la pregunta. ¿Quieren o no quieren la reforma del Sistema? ¿Quieren el famoso “ISLAH” tantas veces escuchado durante aquellas giras por las cuatro Wilayas antes del verano de 2011 o, por el contrario no lo quieren?
Hagamos memoria, por favor, y recordemos todo lo que habían tenido que escuchar nuestros dirigentes durante aquellas giras por las cuatro ‘Wilayas’ y todo lo que se les dijo. Es evidente que lo que se decía entonces no cuadra con el resultado final de las elecciones en el XIII Congreso. ¿Porqué, entonces, aquel descontento generalizado, que las bases mostraban en aquellas conferencias, no se ha traducido, ahora, en un cambio en los resultados electorales del congreso? Muy sencillo. Un Congreso celebrado a escasos kilómetros de las líneas enemigas, no es el lugar adecuado para exhibir las diferencias entre el pueblo y sus gobernantes. El pueblo, el sabio pueblo, jamás utilizará el escenario de un congreso para imponer a sus dirigentes lo que no quieren. Por eso la pregunta es: ¿Serán, los dirigentes, capaces de ofrecer al pueblo lo que pide?
¿De verdad que el pueblo saharaui se merece una Dirección que se mantiene, prácticamente, inmutable durante los últimos 35 años? Un dato, el 80% de las personas que formaban parte del SNS en el año 1995, seguirán formando parte de ese Órgano en el 2015. Es decir, durante veinte interminables años. ¿Qué menos que respetar la voluntad libremente expresada por algunos dirigentes y borrar sus nombres de la Lista de Candidatos?
A los electores se les impone la obligación de votar a 4 mujeres pero a los septuagenarios dirigentes, ni siquiera, se les permite quitar sus nombres de la Lista ¿De verdad, eso es serio?
Podemos concluir, pues, que desde dentro del Sistema, no existe la más remota posibilidad de reformar el Sistema sino se cuenta con la inequívoca voluntad de Abdelaziz y sus lugartenientes.
Podremos celebrar cien congresos más y el resultado seguirá siendo, inevitablemente, el mismo. El sistema está hecho de tal manera que no pueda haber grandes sorpresas, puesto que todo el congreso está basado en normas que aseguran la perpetuidad del sistema.
Los resultados, pírricos resultados, de este XIII Congreso, han dejado demostrado que, Abdelaziz y sus adláteres, son los mayores adversarios del progreso. Él ha opuesto una resistencia feroz a las reformas largamente soñadas por las bases populares. Él se ha opuesto a las más elementales normas de alternancia en el poder. ¿Qué menos que permitir a los eternos segundones (Gali, BMS, Uld Ahmed y Buhali) descansar de la carrera y retirarse a sus jaimas? Abdelaziz ha sido tan inmisericorde que ni tan siquiera ha admitido la propuesta de la limitación de los mandatos. Más aún, su inmisericordia ha sido tal que ni siquiera ha aceptado que los dirigentes que han renunciado, públicamente, a ser elegidos, sean borrados de la lista. Claro esa estrategia de mantener sus nombres en la lista le reporta pingües beneficios públicos: así da la imagen de unidad y cohesión interna.
En este Congreso ha ocurrido algo extraordinariamente grave: La libertad de voto ya no existe. Y aquí radica una señal inequívoca de la escasez de mentes lúcidas en los entornos de Abdelaziz. Con tal de caer bien al mundo occidental, nos hemos cargado otro principio mucho más importante: la libertad de voto. En efecto, desde el momento en que el congresista vota bajo la amenaza de nulidad de su papeleta sino incluye a cuatro mujeres, desde ese momento, la libertad de voto ya no existe.
Por todos es sabido que la llamada cuota femenina está pensada para embellecer nuestra imagen y proyección internacionales. Es una GILIPOLLEZ pensada (no sabemos si por Hammada Selma o por Jadiya Hamdi) para hacer ver a los europeos que, en el Sahara Occidental, las mujeres tienen relevancia política. Pero esas pobres mentes no han caído en la cuenta de que el remedio ha sido peor que la enfermedad, porque se han cargado otro principio mucho más importante: la libertad de voto. Es decir, tenemos mujeres en el SNS porque nos lo han impuesto por la fuerza, no porque seamos tan civilizados como para dejarnos gobernar por mujeres sin que se nos note el enfado.
Si realmente, Abdelaziz, quiere dar protagonismo a las mujeres, que nombre a ocho ministras (que incluyan Defensa, Exteriores, Interior, Justicia, Cooperación y Tachrifat), que nombre a una mujer como presidenta del Parlamento, que nombre a una mujer como presidenta del inútil Consejo Constitucional, que nombre a cinco mujeres como embajadoras saharauis en Argel, Lagos, Pretoria, La Habana y Dili.
En lugar de imponer, a los congresistas, la obligación de votar a cuatro mujeres, podían ofrecer una lista de candidatos al 50% de mujeres y de hombres. Ahí sí que nos aplaudirían los occidentales y los no occidentales. Hacer lo que hemos hecho, imponiendo a los congresistas la obligación de votar a cuatro mujeres, sólo conseguimos que se ría de nosotros todo el mundo.
En fin, la poca libertad con la que se podía votar en los congresos del POLISARIO, ha dejado de existir desde el mismo momento en que los congresistas votan bajo la amenaza de anularse su papeleta sino incluye a cuatro mujeres.
Haddamin Moulud Said. (ibnuabirabiaa[a]yahoo.es)
El Discurso:
“Convencidos de que nuestra Organización pertenece a todos los saharauis, por igual. Y convencidos, también, de que a todos, por igual, nos corresponde asumir los retos que nuestra Organización nos exige para alcanzar el gran objetivo de la independencia total, creemos que ha llegado el momento de dar los pasos necesarios para materializar, sobre el terreno de la realidad, esas palabras y, así, dar oportunidad a que todo saharaui, firmemente comprometido con los nobles objetivos de nuestra Causa y que cumpla los requisitos establecidos, pueda acceder a los puestos de dirección de nuestra Organización.
Por todo ello, os propongo dos medidas, que concretan el Principio según el cual “La soberanía reside en el pueblo”, tal y como consta en el artículo 6º de los Estatutos Internos, para su debate y aprobación:
1).- Nadie será incluido en la lista de candidatos al SNS sino expresa, públicamente, su voluntad inequívoca de formar parte de ese Órgano de Dirección. Así, los compañeros que llevan años soportando, sobre sus espaldas, el peso de la responsabilidad y creen llegado el momento de pasar el testigo a las nuevas generaciones, pueden hacerlo.La pregunta que todos los saharauis nos hacemos es porqué Abdelaziz no ha pronunciado palabras como éstas? ¿Qué es lo que le mantiene tan alejado de la realidad para no pronunciar las palabras que lo habrían convertido en un verdadero Líder (esta vez con mayúsculas).
2).- Limitar la responsabilidad del Secretario General del F. POLISARIO a dos mandatos improrrogables. Sólo así podemos aspirar a una verdadera regeneración de nuestra Organización para no perder el tren de la Historia.
Esa resistencia nos hace formular estas preguntas:
¿Tiene el régimen la voluntad de reformar el Sistema? Esa es la pregunta. Nadie debe ni puede culpar a las bases populares por haber aprobado, en este XIII Congreso, lo que han aprobado. La pregunta no se plantea a los congresistas. La pregunta hay que formularla al régimen. Y entiéndase, por régimen, a Abdelaziz y sus más estrechos colaboradores.
El pueblo, y más en un Congreso que se plantea en términos de reto a Marruecos, vota a cualquier cosa. El pueblo es noblemente leal a los dirigentes. En este y en los próximos cien congresos, el pueblo, seguirá votando lo que le digan sus dirigentes. Para algo son sus dirigentes, no su enemigo. Luego, la pelota está en el tejado de esos dirigentes. A ellos corresponde responder a la pregunta. ¿Quieren o no quieren la reforma del Sistema? ¿Quieren el famoso “ISLAH” tantas veces escuchado durante aquellas giras por las cuatro Wilayas antes del verano de 2011 o, por el contrario no lo quieren?
Hagamos memoria, por favor, y recordemos todo lo que habían tenido que escuchar nuestros dirigentes durante aquellas giras por las cuatro ‘Wilayas’ y todo lo que se les dijo. Es evidente que lo que se decía entonces no cuadra con el resultado final de las elecciones en el XIII Congreso. ¿Porqué, entonces, aquel descontento generalizado, que las bases mostraban en aquellas conferencias, no se ha traducido, ahora, en un cambio en los resultados electorales del congreso? Muy sencillo. Un Congreso celebrado a escasos kilómetros de las líneas enemigas, no es el lugar adecuado para exhibir las diferencias entre el pueblo y sus gobernantes. El pueblo, el sabio pueblo, jamás utilizará el escenario de un congreso para imponer a sus dirigentes lo que no quieren. Por eso la pregunta es: ¿Serán, los dirigentes, capaces de ofrecer al pueblo lo que pide?
¿De verdad que el pueblo saharaui se merece una Dirección que se mantiene, prácticamente, inmutable durante los últimos 35 años? Un dato, el 80% de las personas que formaban parte del SNS en el año 1995, seguirán formando parte de ese Órgano en el 2015. Es decir, durante veinte interminables años. ¿Qué menos que respetar la voluntad libremente expresada por algunos dirigentes y borrar sus nombres de la Lista de Candidatos?
A los electores se les impone la obligación de votar a 4 mujeres pero a los septuagenarios dirigentes, ni siquiera, se les permite quitar sus nombres de la Lista ¿De verdad, eso es serio?
Podemos concluir, pues, que desde dentro del Sistema, no existe la más remota posibilidad de reformar el Sistema sino se cuenta con la inequívoca voluntad de Abdelaziz y sus lugartenientes.
Podremos celebrar cien congresos más y el resultado seguirá siendo, inevitablemente, el mismo. El sistema está hecho de tal manera que no pueda haber grandes sorpresas, puesto que todo el congreso está basado en normas que aseguran la perpetuidad del sistema.
Los resultados, pírricos resultados, de este XIII Congreso, han dejado demostrado que, Abdelaziz y sus adláteres, son los mayores adversarios del progreso. Él ha opuesto una resistencia feroz a las reformas largamente soñadas por las bases populares. Él se ha opuesto a las más elementales normas de alternancia en el poder. ¿Qué menos que permitir a los eternos segundones (Gali, BMS, Uld Ahmed y Buhali) descansar de la carrera y retirarse a sus jaimas? Abdelaziz ha sido tan inmisericorde que ni tan siquiera ha admitido la propuesta de la limitación de los mandatos. Más aún, su inmisericordia ha sido tal que ni siquiera ha aceptado que los dirigentes que han renunciado, públicamente, a ser elegidos, sean borrados de la lista. Claro esa estrategia de mantener sus nombres en la lista le reporta pingües beneficios públicos: así da la imagen de unidad y cohesión interna.
En este Congreso ha ocurrido algo extraordinariamente grave: La libertad de voto ya no existe. Y aquí radica una señal inequívoca de la escasez de mentes lúcidas en los entornos de Abdelaziz. Con tal de caer bien al mundo occidental, nos hemos cargado otro principio mucho más importante: la libertad de voto. En efecto, desde el momento en que el congresista vota bajo la amenaza de nulidad de su papeleta sino incluye a cuatro mujeres, desde ese momento, la libertad de voto ya no existe.
Por todos es sabido que la llamada cuota femenina está pensada para embellecer nuestra imagen y proyección internacionales. Es una GILIPOLLEZ pensada (no sabemos si por Hammada Selma o por Jadiya Hamdi) para hacer ver a los europeos que, en el Sahara Occidental, las mujeres tienen relevancia política. Pero esas pobres mentes no han caído en la cuenta de que el remedio ha sido peor que la enfermedad, porque se han cargado otro principio mucho más importante: la libertad de voto. Es decir, tenemos mujeres en el SNS porque nos lo han impuesto por la fuerza, no porque seamos tan civilizados como para dejarnos gobernar por mujeres sin que se nos note el enfado.
Si realmente, Abdelaziz, quiere dar protagonismo a las mujeres, que nombre a ocho ministras (que incluyan Defensa, Exteriores, Interior, Justicia, Cooperación y Tachrifat), que nombre a una mujer como presidenta del Parlamento, que nombre a una mujer como presidenta del inútil Consejo Constitucional, que nombre a cinco mujeres como embajadoras saharauis en Argel, Lagos, Pretoria, La Habana y Dili.
En lugar de imponer, a los congresistas, la obligación de votar a cuatro mujeres, podían ofrecer una lista de candidatos al 50% de mujeres y de hombres. Ahí sí que nos aplaudirían los occidentales y los no occidentales. Hacer lo que hemos hecho, imponiendo a los congresistas la obligación de votar a cuatro mujeres, sólo conseguimos que se ría de nosotros todo el mundo.
En fin, la poca libertad con la que se podía votar en los congresos del POLISARIO, ha dejado de existir desde el mismo momento en que los congresistas votan bajo la amenaza de anularse su papeleta sino incluye a cuatro mujeres.
Haddamin Moulud Said. (ibnuabirabiaa[a]yahoo.es)
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