GUINGUINBALI. TXEMA SANTANA 02/10/2011 - Es público que Marruecos quiere ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad y que con las circunstancias actuales -primavera árabe- tiene muchas posibilidades. Y lucha en esta carrera con Mauritania, con mucho menos peso internacional. La sola presencia en la carrera ya ha entorpecido el conflicto del Sahara Occidental. Estaba prevista en octubre una vista sobre la violación de los DDHH en el mencionado Consejo y la quieren aplazar. Y esto es sólo el principio.
En abril, en una encarnizada lucha vetada por Francia durante el debate porque la MINURSO pudiera velar por los Derechos Humanos en el Sahara Occidental, una de las conclusiones fue que Christopher Ross presentaría ante el Consejo un informe en la primera semana de octubre de este año -es decir, en esta semana- en la que se pusiera negro sobre blanco la situación de los Derechos Humanos en el territorio saharaui.
Y Ross no lo ha hecho. Marruecos y Mauritania mantienen una seria disputa por ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y esto podría impedir esa sesión del Consejo de Seguridad sobre las violaciones de los Derechos Humanos en este foro. A Ross le han pedido el informe y ha argumentado para no hacer público los resultados que ha obtenido que no quiere entorpecer la disputa por ocupar el mencionado asiento en uno de los órganos vitales de Naciones Unidas. También dejó entrever que había poca información nueva que aportar, aunque no lo hizo de forma pública, obviando quizás las muertes ocurridas en la ciudad Dahkla la semana pasada o la situación de los presos políticos saharauis o, por añadir un sólo ejemplo más, la situación de los miles de personas que viven en condiciones infrahumanas en el desierto argelino, que también son parte del conflicto.
Los medios de comunicación, este mismo periódico, ha notificado presuntas violaciones de Derechos Humanos en el Sahara Occidental durante los últimos seis meses. Sin embargo, “hay poca información nueva”, según Ross. Claro que también existe la posibilidad de que una sesión del Consejo de Seguridad informando de estas violaciones u otras que hayan podido ocurrir puedan ser un obstáculo para la elección de uno de los países implicados, Marruecos, para ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como está pretendiendo.
Sin embargo, esta decisión tomada entre Ross y Francia, de aplazar la mencionada vista, ha chocado de bruces con Baso Sangqu, representante de Sudáfrica en el órgano decisor, que dejó claro el pasado 28 de septiembre que de forma clara se estaba tratando de evitar la circunstancia “justo en un momento electoral del Consejo de Seguridad, con Marruecos en la carrera por entrar”.
En esa decisión de Ross por no informar, como era su compromiso, y de Marruecos por presentarse a ocupar el asiento que quedará libre, Francia está siendo un apoyo fundamental, para sorpresa de la diplomacia británica que dejó entrever que no habría que permitir a Marruecos pertenecer al órgano que decide sobre un conflicto en el que está inmerso.Un periodista preguntó a Gerar Araud y Mark Lyall, representantes de Francia y Reino Unido en el Consejo de Seguridad, sobre la situación del Sahara Occidental y el mencionado informe que debía presentar Ross. Lyall dejó clara su posición: “Hay que preguntarle a mi colega francés sobre la situación”. Araud guardó silencio al respecto.
A las intenciones de Sangqu, de Sudáfrica, se ha sumado Nigeria y Brasil, y también para sorpresa de todos y enfado de Francia, Gabón, que dio el paso después de que en abril se abstuviese cuando se demandó la observación del cumplimiento de los Derechos Humanos por parte de la MINURSO.
Este apoyo ha permitido que haya podido demandar a Christopher Ross que muestre la información recabada por la misión el próximo 11 de octubre, aunque la fecha puede ser modificada.
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